Oscar Luis Chaves B.
La reciente alocución del presidente de la Fed, Jerome Powell, en el simposio de Jackson Hole, en agosto de 2023, fue un claro mensaje de que la Reserva Federal está comprometida a abordar las incertidumbres económicas que enfrentan los Estados Unidos y el mundo en un contexto de creciente volatilidad.
La economía mundial se encuentra en una fase de transición, con una serie de factores que podrían desencadenar una desaceleración o incluso una recesión. Powell utilizó la metáfora de los «cielos poco claros y la guía de las estrellas» para describir esta situación, es decir, una situación en la que la economía mundial se enfrenta a un futuro incierto.
Los riesgos económicos, tecnológicos, sociales y ambientales están evolucionando a un ritmo acelerado, y los modelos económicos tradicionales ya no pueden explicar adecuadamente el comportamiento de la economía mundial. En este contexto, la economía mundial se encuentra en un momento de cambio. Los riesgos que enfrentan la economía mundial se pueden agrupar en cuatro categorías:
- Riesgos financieros: incluyen la volatilidad de los mercados financieros, la inestabilidad de los sistemas financieros y la crisis de deuda.
- Riesgos no financieros: comprenden los desastres naturales, las pandemias y los conflictos geopolíticos.
- Riesgos tecnológicos: contienen los cambios tecnológicos disruptivos, la pérdida de empleos y la desigualdad.
- Riesgos ambientales: incluyen el cambio climático, la contaminación y la escasez de recursos.
Además de los riesgos financieros, no financieros y tecnológicos, la economía mundial también se enfrenta a una serie de tendencias estructurales que están contribuyendo a la incertidumbre y la volatilidad. Estas tendencias incluyen la transformación del mercado laboral, la transición energética y la fragmentación económica global.
La transformación del mercado laboral está impulsada por la digitalización y la automatización, la transición energética está impulsada por la crisis climática, y la fragmentación económica global está impulsada por la guerra en Ucrania y otros factores geopolíticos.
Estas tendencias están creando nuevos desafíos para la economía mundial, pero también están abriendo nuevas oportunidades. El éxito en el futuro dependerá de la capacidad de los gobiernos, las empresas y los individuos de adaptarse a estos cambios y aprovechar las oportunidades que ofrecen.
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