Oscar Luis Chaves B.
En nuestra búsqueda constante de equilibrio entre el progreso económico y la preservación del planeta, ha emergido una corriente financiera que actúa como catalizador de un cambio necesario en nuestra interacción con el sistema financiero: las finanzas sostenibles. Este enfoque, marcado por la premisa de «podemos hacerlo de nuevo, pero esta vez mejor«, aspira a superar las limitaciones del régimen económico tradicional y forjar un futuro más equitativo y próspero para todos.
Las finanzas sostenibles representan un quiebre radical respecto a las prácticas financieras convencionales de los últimos dos siglos, impulsado por una creciente conciencia de las limitaciones planetarias y las deficiencias de los modelos económicos pasados.
Esta transformación ha ganado impulso con la firma del Acuerdo de París y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, que han reconfigurado la perspectiva global al resaltar la urgencia de un cambio profundo. A pesar de que la inercia podría haber perpetuado la predominancia de las prácticas financieras heredadas, la transición hacia este nuevo modelo reconoce que el sistema anterior, en proceso de transición, es inherentemente insostenible a largo plazo.
En el pasado, las decisiones financieras solían enfocarse en obtener ganancias a corto plazo. Pero, con las finanzas sostenibles, ampliamos nuestra perspectiva. Consideramos cómo nuestras elecciones de hoy podrían impactar en el futuro y cómo podemos crear un equilibrio más sostenible en todos los aspectos. Además, tenemos en cuenta cómo nuestras acciones pueden repercutir en el medio ambiente y la sociedad, ya sea de manera positiva o negativa (externalidades).
Brújula sostenible
A diferencia del enfoque convencional, que solía equilibrar riesgos y rendimientos, las finanzas sostenibles presentan una perspectiva más innovadora y completa. Es como adoptar una estrategia fresca que considera una serie de factores cruciales. Podríamos compararlo con actualizar el panel de instrumentos en un vehículo moderno: no solo se enfoca en las métricas del motor, sino que también monitorea las condiciones del camino a lo largo de la ruta, captura datos sobre el recorrido realizado y anticipa los cambios en el entorno, todo ello para guiarnos hacia nuestro destino con seguridad y eficiencia.
Esta perspectiva integral de las finanzas sostenibles trasciende el enfoque estrecho tradicional sobre el valor para el accionista a corto plazo. En lugar de limitarse a una visión enfocada en las ganancias inmediatas, las finanzas sostenibles abrazan una perspectiva holística que tiene en cuenta el bienestar más amplio de los stakeholders, la sociedad y el planeta. Reconocen que las decisiones de hoy tienen efectos en cascada hacia el futuro, comprometiéndose a fomentar tanto los rendimientos financieros inmediatos como la sostenibilidad a largo plazo de nuestros ecosistemas y sociedades.
En conclusión, el amanecer de las finanzas sostenibles representa un cambio profundo en la forma en que comprendemos y practicamos las finanzas. Más que una simple evolución, es una transformación hacia un enfoque más equilibrado y comprensivo que busca crear valor financiero al tiempo que aborda los desafíos ambientales y sociales.
En un mundo donde las limitaciones planetarias exigen un replanteamiento fundamental de nuestro sistema económico, las finanzas sostenibles ofrecen una senda prometedora hacia un futuro más justo y próspero para todos. Este nuevo paradigma financiero nos permite conducir los mercados con una brújula sostenible, en la cual cada inversión y cada decisión financiera contribuyen no solo a la rentabilidad, sino también a la resiliencia de nuestro mundo y a la prosperidad duradera.
Para seguir más temas relacionados con finanzas sostenibles, lo invitamos a suscribirse gratis a nuestro blog 3 Lab, aquí.