Contexto y Oportunidad
Costa Rica enfrenta un momento crucial en su desarrollo económico y social. Según el Informe Estado de la Nación, publicado en noviembre de 2024, el país ha experimentado un notable crecimiento económico durante las últimas tres décadas. Sin embargo, este crecimiento no ha sido acompañado por una distribución equitativa del ingreso, ya que la proporción de la población que vive por debajo del salario mínimo ha aumentado del 30% al 35%. Esta creciente disparidad, junto con las metas de sostenibilidad fijadas para 2050 y la necesidad de cumplir el contrato social entre el gobierno y los ciudadanos, plantea importantes desafíos para Costa Rica.
Además, la limitada infraestructura energética del país no está preparada para adaptarse al cambio tecnológico hacia la electrificación necesario para satisfacer las crecientes demandas derivadas de los compromisos ambientales. Aunque la capacidad energética de Costa Rica ha experimentado cierto crecimiento, este no acompaña el acelerado aumento de la demanda, creando una brecha entre oferta y demanda que debe abordarse con urgencia. Esta desalineación compromete cualquier intento futuro de adaptar nuevas tecnologías al modelo económico vigente y representa una amenaza para la educación avanzada en STEM, los valores democráticos y la estabilidad social en general.
Aunque la energía es un componente esencial para el crecimiento económico, la relación entre producción energética y PIB no es directamente proporcional. Por ello, es fundamental adoptar un enfoque integral que incluya:
- Mejorar la eficiencia energética, para maximizar el valor económico obtenido por cada unidad de energía consumida.
- Invertir en innovación y tecnología, fomentando sectores de alto valor agregado y menor dependencia energética.
- Diversificar la economía, reduciendo la dependencia de sectores intensivos en energía y promoviendo actividades sostenibles.
Sin embargo, dada la creciente demanda y los objetivos de descarbonización, es inevitable que Costa Rica deba aumentar su producción de energía sostenible. El desafío apremiante es claro: Costa Rica necesita incrementar significativamente su producción de energía en los próximos 25 años para mantener su crecimiento económico, garantizar un desarrollo equitativo y cumplir con sus objetivos ambientales. El punto crítico radica en cómo expandir la infraestructura eléctrica sin aumentar la deuda pública. Esta transformación debe lograrse dentro de un presupuesto equilibrado, lo que presenta una oportunidad para implementar soluciones financieras innovadoras y modelos de negocio que atraigan inversión privada y capital internacional sin incrementar las cargas financieras del Estado. Al combinar la expansión responsable de la capacidad energética con mejoras en eficiencia, innovación y diversificación económica, se fortalecerá la seguridad energética y se integrará la sostenibilidad con el desarrollo socioeconómico, creando una sociedad más inclusiva y equilibrada.
El Papel de la Integración entre Energía y Mercados de Capitales
Para satisfacer la creciente demanda y alcanzar los objetivos de descarbonización, el sector energético de Costa Rica requiere inversiones sustanciales. En 2023, el consumo total de energía alcanzó aproximadamente 11.000 millones de kWh, con un costo promedio de 50,94 ₵/kWh (96,71 USD/MWh). Con una proyección de crecimiento del 5,15% para 2024, se estima que el país necesitará incrementar el suministro en unos 567 millones de kWh y añadir 99.000 kW de potencia adicional.
Para apoyar este crecimiento, es esencial que el mercado energético utilice nuevas herramientas de financiación, como bonos verdes, préstamos vinculados a la sostenibilidad y vehículos de propósito especial. Estos instrumentos pueden atraer a inversores institucionales y minoristas, permitiendo al sector energético expandir eficazmente sus esfuerzos de transición hacia energías renovables.
El sector energético es más que una mercancía; es un motor clave para el desarrollo económico y la equidad social. Liberar su pleno potencial depende de una integración estratégica entre la infraestructura energética y los mercados de capitales. La transición energética de Costa Rica exige una estructuración financiera innovadora que no solo cumpla los objetivos energéticos, sino que también garantice amplios beneficios sociales. En este contexto, el concepto de Energia como Servicio cobra especial relevancia, situándose en la intersección entre la infraestructura energética y el mercado de capitales.
La Importancia de la Energía como Servicio (EaaS) en la Integración de Energía y Mercados de Capitales
La convergencia entre el sector energético y los mercados de capitales es esencial no solo para alcanzar los objetivos globales de descarbonización, sino también para garantizar que los beneficios de esta transición se distribuyan equitativamente en la sociedad. En este contexto, la Energía como Servicio (EaaS) emerge como un modelo de negocio transformador que sitúa a EaaS en el centro de este nuevo paradigma energético.
El modelo EaaS permite cerrar la brecha entre la generación de energía y la inversión, simplificando las complejidades que históricamente han dificultado la alineación entre estos dos sectores. Al convertir la adquisición, producción y distribución de energía en productos financieros estructurados, EaaS hace que estos proyectos sean accesibles y atractivos para los mercados de capitales. Estos productos pueden adaptarse para cumplir con los criterios ESG, ofreciendo a los inversores rendimientos predecibles y alineados con objetivos de sostenibilidad.
Para aprovechar plenamente las oportunidades de la transición energética, los mercados de capitales deben evolucionar creando productos financieros innovadores que apoyen el despliegue de energías renovables. Trinomio ESG-Energy Finance, un emprendimiento que surge de esta visión, se posiciona como un actor clave en este panorama, trabajando activamente para catalizar el cambio. Su misión trasciende la labor de una sola empresa, reflejando una responsabilidad colectiva para abrir vías de inversión sostenible en el sector energético.
EaaS aborda los desafíos actuales de la siguiente manera:
- Simplificación de Proyectos Energéticos Complejos: Al estructurar financieramente la energía como un servicio, EaaS facilita que los proyectos energéticos sean más accesibles y atractivos para los inversores. Esto permite adaptar los proyectos para cumplir con los criterios ESG, ofreciendo rendimientos predecibles.
- Reducción de la Carga de CAPEX: EaaS disminuye el gasto de capital necesario para que las empresas de servicios públicos escalen soluciones de energía renovable, liberando recursos para invertir en otras áreas críticas de la infraestructura energética.
- Creación de Productos Financieros Innovadores: Facilita la generación de instrumentos financieros como bonos verdes, fondos sostenibles y préstamos vinculados a ESG, que brindan seguridad y permiten a los inversores participar en proyectos energéticos alineados con la sostenibilidad.
- Promoción de la Sostenibilidad y la Equidad: EaaS fomenta la expansión de sistemas de energía renovable, contribuyendo a una distribución más equitativa del acceso a la energía, especialmente en regiones y comunidades desatendidas. Esto apoya tanto el desarrollo económico como los objetivos de descarbonización del país.
Además, es crucial contar con un entorno regulatorio que incentive las inversiones ESG y respalde este nuevo modelo de negocio. Las autoridades del mercado de capitales desempeñan un papel fundamental en la creación de las condiciones financieras adecuadas para esta transición, asegurando que inversores y proveedores de energía estén alineados en sus objetivos hacia un futuro más sostenible e inclusivo.
Conclusión
El sector energético de Costa Rica y del mundo enfrenta tanto un reto como una oportunidad sin precedentes. El crecimiento económico y la demanda de energía se están acelerando, pero la posibilidad de abordar la desigualdad de ingresos, mejorar el acceso a un óptimo pacto social y avanzar hacia la sostenibilidad está más al alcance que nunca. Al integrar los mercados de energía y capital, nuestras naciones pueden transformar su sector energético, impulsando simultáneamente la productividad económica y la equidad social.
Es imperativo que los mercados de capital se preparen para desempeñar un papel central en esta transformación, aprovechando la estructuración financiera innovadora para garantizar que ambos sectores, energía y capital, trabajen de la mano. De esta manera, podremos construir un futuro más sostenible y equitativo para la nación, alineando el desarrollo socioeconómico con los objetivos ambientales y fortaleciendo la cohesión social.