Oscar Luis Chaves B.
La relación entre la energía y el capital se reconoce desde hace tiempo como una relación simbiótica, en la que cada uno contiene al otro, de forma muy parecida al concepto de Yin-Yang de la filosofía china. En esta analogía, la energía(unidades de producto económico) representa el Yin, mientras que el capital (en su sentido holístico), implica flujos de caja inteligentes y representa el Yang.
Según un reciente estudio de la Agencia Internacional de la Energía, las inversiones en energías limpias pueden crear millones de nuevos puestos de trabajo e impulsar el crecimiento económico mundial en billones de dólares de forma más eficiente y menor intensidad energética. Esto pone de relieve la importancia de la relación entre energía y capital en el panorama empresarial actual.
Históricamente, el capital se ha considerado únicamente como un concepto financiero. Sin embargo, en la nueva era de la inversión medioambiental, social y de gobernanza (ASG), el concepto de capital ha evolucionado para abarcar factores no financieros como los recursos humanos y naturales. Este enfoque holístico del capital es necesario para la conversión eficiente de la energía en producción económica, medida por el PIB.
De hecho, un reciente informe de la Value Foundation muestra que los activos intangibles, incluido el capital humano y natural, representan ya más del 90% de la capitalización bursátil del S&P500. Un ejemplo de ello lo analiza Ocean Tomo, una empresa de servicios financieros especializada en la gestión y valoración de activos de propiedad intelectual, que reconoce los activos intangibles, representan el verdadero conductor del crecimiento y, quizá, uno de los pocos refugios que restan para proteger al capital financiero contra la inflación.
Competitividad sostenible
Al centrarse en activos intangibles como el capital intelectual y relacional, las empresas pueden crear ventajas competitivas sostenibles que pueden impulsar el crecimiento y la rentabilidad.
Por su parte, la nueva interpretación del capital de la Value Foundation cambia las reglas del juego en el mundo de las finanzas. Al reconocer la importancia de los activos intangibles y del capital no financiero, como los recursos humanos y naturales, las empresas pueden crear valor a largo plazo y contribuir a un futuro más sostenible.
Además, la idea de actualizar el pensamiento estratégico a través de los distintos capitales de la organización es crucial para el éxito en el panorama empresarial actual. Las empresas que adoptan un enfoque holístico del capital y dan prioridad a la sostenibilidad están bien posicionadas para prosperar en la nueva era ESG.
En conclusión, la relación simbiótica entre energía y capital, representada por el concepto de Yin-Yang, está evolucionando en la era de la inversión ASG. Si las organizaciones adoptan un enfoque holístico del capital y reconocen la importancia de la sostenibilidad, pueden crear valor a largo plazo al tiempo que contribuyen a un futuro más sostenible y benefician a la economía mundial.
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