Oportunidades de la empresa familiar ante el Cambio Climático

Por Oscar Luis Chaves B.

El famoso economista austriaco del siglo XX, Joseph Schumpeter, consideró que la innovación y el crédito eran las principales determinantes del crecimiento en el capitalismo.  Schumpeter conceptualizó que la vitamina para hacer crecer a la economía estaba implícita en un proceso de destrucción creativo, que constantemente genera la renovación de los procesos de manufactura e incremento productivo. El principio de libre lucro del capitalismo.

Según Schumpeter, este incesante proceso de creación de ideas mantiene al sistema económico fuera de su estado inerte de equilibrio. Bajo este estado alterno, el sistema innova y genera excedentes y la organización del sistema financiero permite que los beneficios del capitalista se multipliquen por el sistema en crecimiento del producto. Un proceso virtuoso que vuelve una y otra vez dentro del mismo sistema por la misma inteligencia humana de innovar y reemplazar constantemente los activos críticos de capital que mantienen nuestra sobrevivencia en el planeta.

Hasta la década precedente no sabíamos que los ciclos económicos estimulados por la política monetaria y fiscal más la renovación tecnológica podrían generar invenciones cuya curva de experiencia reduciría el costo de producción. Soluciones con capacidad de crecimiento creciente (exponenciales) donde, a medida que aprendemos, somos capaces de producir mejor y a menor costo.

Digitalización de la economía

A esta nueva revolución le llamamos digitalización de la economía y se produce principalmente por el ahorro de costo al doblar la producción acumulada de un producto (Ley de Wright) y no necesariamente por la expansión del crédito. Bajo la digitalización, la reducción del costo aumenta la demanda y esta la inversión, y a medida que más se produce, menor el precio y más aumenta la demanda.

Bajo este contexto, la teoría económica tradicional se fractura. Véase, por ejemplo, cómo las tecnologías de las telecomunicaciones han permitido atender las necesidades globales de información y desbaratado la rentabilidad de la industria de medios; o bien, cómo el ahorro de sistemas solares rompen el modelo de venta volumétrica de energía de las Utilities; recientemente, Uber desplazó del mercado al taxi rojo; y la teleconferencia, a costo marginal cero, ha matriculado al mercado inmobiliario de oficinas en la espiral de la muerte.

A pesar de que la digitalización rompió con el modelo económico, los principales gestores de política pública, de la mano de bancos centrales del G20, el FMI y el Banco Mundial, han expandido el crédito para atender los macro desequilibrios globales que, de haber sido controlados, podrían haber derribado el sistema financiero desde la gran crisis financiera del 2008 y, recientemente, por causa de la pandemia.

Todas estas crisis, sin embargo, palidecen en comparación a lo que podría venir por los efectos del cambio climático: impactos globales más amplios sobre la propiedad, la migración y la estabilidad política, así como la seguridad alimentaria y el agua.

Evitar el colapso de nuestra civilización implica una oportunidad única. Pero, antes que nada, es imperativo romper el paradigma del crecimiento con sostenibilidad.

Nuevo equilibrio para la empresa familiar

La digitalización nos está dando la semilla para crear crecimiento en equilibrio con el ambiente y llegar a superar las necesidades primarias de sostenibilidad. Es aquí donde la empresa familiar puede explotar un doble dividendo: por un lado, fortalecerse a lo interno, reforzar su gobierno corporativo, revisar su plan de continuidad de negocio para mitigar los efectos de las emisiones de los Gases Efecto Invernadero (GEI) y, por el otro, ser parte de los innovadores que, en equilibrio con el ecosistema, pueden dar el salto a una nueva plataforma de servicios generales (energía, comunicaciones, transporte limpio y agricultura sostenible) sin la dependencia de la extracción de recursos de la naturaleza.

Este nuevo modelo es lo que se denomina la economía verde. ¨Una economía verde es aquella cuyo crecimiento de la renta y el empleo está impulsado por inversiones públicas y privadas que reducen las emisiones de carbono y la contaminación, mejoran la eficiencia energética y de los recursos, y evitan la pérdida de biodiversidad y de servicios de los ecosistemas¨.

Todo líder de familia debe iniciar este nuevo año haciendo un examen de consciencia de la oportunidad de oro que se avecina para reinventar su empresa y dar a su familia infinitas posibilidades de bienestar. Aunque todavía hay tiempo para actuar, la ventana de oportunidad es finita y se está reduciendo. Tomar la delantera es imperativo y la primera acción ha de ser pasar la prueba ácida de anticipar los riesgos del mañana. Hacer una hoja de ruta para llevar una transición más suave hacia la economía verde, con menos emisiones de carbono y rica en alternativas de crecimiento.

Los invitamos a llevarle el pulso a la evolución de este tema suscribiéndose gratis a nuestro blog 3 Lab.

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