Microredes: el reto para el diseño de ciudades modernas

Es impensable la vida sin iluminación, climatización o transporte. Gran parte del sistema energético actual depende de los combustibles fósiles, cuya combustión genera emisiones de gases contaminantes que contribuyen a potenciar el efecto invernadero. Adicional al impacto ambiental, son recursos limitados, no renovables, por lo que los modelos económicos de crecimiento deben considerar el impacto que esto pueda tener en su planeamiento estratégico futuro.

El crecimiento económico va de la mano del consumo energético. Existe una fuerte presión para que los países amplíen sus capacidades de generación y distribución con un mayor porcentaje de energías renovables. Esta creciente preocupación por energía limpia y sustentable estimula iniciativas que promueven el uso de energías renovables integradas a las redes eléctricas existentes.

En respuesta a esta problemática, se han venido explorando opciones que permiten obtener mayor confiablidad y resiliencia, no sólo por el contexto del cambio climático, sino también por vulnerabilidades propias de la infraestructura de distribución y producción. Las microredes han surgido como una alternativa que podría proporcionar servicios de energía fiables y rentables en una variedad de entornos descentralizados.

Las microredes son sistemas pequeños que interconectan cargas eléctricas, fuentes de generación distribuida y dispositivos de almacenamiento. Incorporan hardware y software de modo que se gestione el flujo de la energía desde todas estas fuentes, a distintas velocidades, en diferentes momentos del día. Generalmente operan conectadas al sistema eléctrico de la empresa distribuidora, pero de ser necesario, podría operar en forma autónoma.

Promueven una nueva alternativa de modelo energético al pasar de centralizar la producción en unos pocos puntos clave, desplazándola hacia los usuarios finales. Por esta razón, se requiere generar una perspectiva diferente del mercado de la energía, introducir cambios en la normativa existente e impulsar políticas que motiven a los consumidores a querer tomar parte activa de este modelo en pro de avanzar hacia una gestión de la energía más colaborativa, sostenible y racional.

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