Por Oscar Luis Chaves B.
En el marco de la Cumbre del Clima, París 2015, se definió la necesidad de no sobrepasar el máximo de 450 Gt las emisiones de CO2 y gases efecto invernadero al 2050. El Acuerdo de París (COP21) solicitó el compromiso de las partes de fijar la meta de incremento en la temperatura media del planeta al finalizar el presente siglo en un máximo de 1.5 ºC.
Para cumplir con este indicador, los países signatarios deberán realizar acciones concretas para descarbonizar sus economías de tal modo que, el presupuesto de emisiones de carbono llegue al 2050 a un estado carbono neutralidad. Estamos ante una carrera contra el tiempo.
Nuestra sociedad requiere un cambio de paradigma energético y en los siguientes 30 años, debemos hacer al menos propiciar tres políticas de transición energética:
1) acelerar la sustitución de energías fósiles, con más energía de fuentes renovables,
2) incrementar la eficiencia energética con energía digital y
3) innovar nuevos modelos de negocio utilizando la energía distribuida, la generación de biocombustibles y a un futuro cercano, la producción de hidrógeno verde para atender el transporte pesado.
Es imposible seguir creando crecimiento infinito en un planeta de recursos finitos. Las próximas tres décadas vamos a ser testigos de la transición energética. Por suerte, disponemos del avance de la ciencia para crear valor socioeconómico a la energía renovable inteligente y poner fin a la fuerza bruta térmica que en otrora permitió el desarrollo de nuestra civilización y ahora nos amenaza con la autodestrucción.
Para conocer más sobre este tema lo invitamos a suscribirse gratis a nuestro blog aquí.