Por María Morales M.
En la actualidad los mercados de capital están buscando diversificar sus activos en proyectos que tengan sentido económico-financiero, pero que también cumplan objetivos no financieros como los llamados ASG (Ambiental, Social y Gobernanza), o ESG por sus siglas en inglés.
Los riesgos ambientales creados por la actividad comercial tienen un impacto negativo real o potencial en el aire, la tierra, el agua, los ecosistemas y la salud humana.
Es por esa razón que hoy día los mercados financieros se inclinan por dirigir sus recursos a empresas que comprendan que los resultados ambientales positivos son un objetivo de negocio clave.
Nuevas finanzas: equilibrio de desarrollo
Las actividades consideradas factores ASG incluyen: la gestión de recursos y la prevención de la contaminación, la reducción de emisiones y del impacto climático, y la ejecución de informes o revelaciones ambientales.
Existe un enorme potencial en lo que el Foro Económico Mundial (2021) denomina un proyecto de desarrollo económico inclusivo, donde la comunidad (personas, municipalidades, ministerios e instituciones) se involucran a dar su aporte a la visión de construir proyectos comunitarios que mejoren la calidad de vida y el crecimiento equilibrado del ecosistema.
En Trinomio comprendemos el enorme reto que tiene el sistema productivo para transformar su pensamiento hacia las oportunidades que brinda la transición energética, por lo que le ofrecemos colaborar en la construcción de un pensamiento disruptivo para la toma de decisiones.
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